Día Mundial de los Océanos: un día para reflexionar

Original publicado en Diario Extra el 23 de Junio de 2018

San José, 23 Junio 2018 (diarioextra.cr) – El 8 de junio, se celebra en todo el planeta el Día Mundial de los Océanos, celebración oficializada desde 2009 por la Organización de las Naciones Unidas. Esta celebración intenta concientizar a la población sobre la importancia de los ecosistemas marinos, tanto en el plano ambiental y cultural como para la seguridad alimentaria.

La necesidad de esta concientización proviene del hecho de que el daño ambiental a los océanos es menos palpable que el que sucede en otros ecosistemas. Por poner un ejemplo, un ecosistema marino puede estar completamente devastado y a simple vista esto resulta imperceptible, mientras que la tala de árboles en un bosque se torna completamente notoria. Esta diferencia en la percepción no debe engañarnos: los océanos son sumamente importantes para todos los otros ecosistemas de la tierra, e incluso del 50% al 80% del oxígeno del planeta proviene de los mares. Contrario a lo que se pensaba en el pasado, el gran pulmón del planeta no son los bosques, son los océanos.

Cada año, el Día Mundial de los Océanos tiene un lema distinto, que atiende a los problemas más urgentes en ese año.

En la actualidad, el eslogan es “Limpiemos nuestros océanos”, frase que responde a los esfuerzos actuales por intentar inculcar en las personas la conciencia sobre el consumo responsable. En nuestro país, por ejemplo, la campaña ambiental más notoria es la de evitar el consumo de pajillas, justamente por el gran daño y sufrimiento que causa a las especies marinas, quienes son las más afectadas por todos los plásticos desechados por el ser humano. No obstante, este tipo de esfuerzos no son suficientes por sí mismos, ya que el cuido de los océanos engloba, junto al factor ambiental, los elementos culturales y alimentarios.

Una de las poblaciones en donde estos tres factores se vinculan e implican entre sí es en las comunidades de pescadores artesanales. Se trata de comunidades costeras enteras organizadas en torno a la pesca de bajo impacto, esto es, para el consumo de las familias de la comunidad y para la comercialización en pequeña escala. La cultura e identidad de estas personas se vincula a las prácticas ancestrales y conocimiento tradicional asociado a la relación entre los pescadores y sus familias con el mar. Adicionalmente, según datos de la FAO, la pesca artesanal proporciona dos tercios de todo el pescado consumido por los seres humanos alrededor del mundo, proporciona empleo al 90% de trabajadores de la pesca en el planeta, del cual el 50% son mujeres.

Todo lo anterior implica que las comunidades de pescadores artesanales son un punto clave para la disminución de la pobreza en las zonas costeras (especialmente de la población femenina), son un apoyo fundamental para la seguridad alimentaria, y su cultura y técnicas de pesca aseguran un manejo responsable y sostenible de los recursos naturales del mar. Sin embargo, estas comunidades son parte de los sectores de población más empobrecidos, tanto en Costa Rica como alrededor del mundo. Por estas razones, debe crearse un verdadero acompañamiento institucional que potencie a este sector, eso sí, sin dejar de lado la sostenibilidad de este tipo de pesca y la identidad cultural de estas personas.

Debemos comenzar a trabajar por la implementación de un verdadero modelo de desarrollo sostenible democrático, tal y como lo ha establecido nuestra Sala Constitucional. Esto es, encaminarnos como país a un modelo de sostenibilidad ambiental en donde todas las personas tengan acceso a modos de vida dignos, acceso responsable a los recursos naturales y respeto por su identidad cultural.

Solamente garantizando un modo de vida digno a las personas que trabajan en nuestros océanos podemos asegurar la implementación de prácticas ambientalmente sostenibles y evitar el escape de la pobreza por vías tales como el narcotráfico y la violencia.